viernes, 26 de agosto de 2016

El tejido de la nada

Detrás de mi ser hay un Ser completamente vacío. Es un campo de vacío en el que todo, absolutamente todo desaparece. No hay nada. Todo lo que es atraído hacia él desde mi ser, desde mi yo, desaparece por completo.
Ese es el tejido que se encuentra detrás de lo que llamamos "realidad" (lo que vemos con los ojos del cuerpo), que es en realidad es pura ilusión. Es ese vacío lo que está constituido de una entidad auténticamente real. Podría ser aterrador, porque es eso, Vacío.
Y a veces lo es para este yo que está del otro lado y en medio de Él. Pero no lo es.
Es un campo de silencio y paz absoluta. Otros atributos que podrían dársele a ese campo serían la compasión y el amor.
Este campo sin embargo puede ser activado desde esta realidad ilusoria. Puede ser activado a voluntad.
Sólo la voluntad puede activarlo. Me refiero a la voluntad de ser consciente de él. En realidad siempre está activado, siempre lo estuvo y siempre lo estará. Hablo por tanto de la capacidad que tenemos todos los seres humanos de ser consciente de él.
Entrando en experiencia concreta, la presencia en el cuerpo y en lo que hay alrededor de él es lo que lo activa en mi caso. Siempre que quiera y decida mirarlo está ahí, siempre. Siempre está presente.
Sin embargo mi caso aquí no es relevante. Lo relevante es el tuyo. ¿Dónde se activa en ti la conexión con este campo? ¿hay algo que te limite a decidir activarlo? ¿Hay algo que te de miedo perder? Pues lo único que nos aparta de él es nuestro miedo. Pero el miedo tampoco es real, por tanto no hay nada que perder tampoco ahí.
¿Por qué no intentarlo? Estoy segura de que tiene algo que mostrarte.
Feliz viaje.

miércoles, 6 de julio de 2016

La llave que abre todas las puertas

Cada uno de mis hermanos (de las personas que me encuentro) es una llave que tiene la capacidad de abrir mi corazón y conectarlo con mi esencia divina, mi esencia absoluta. Es decir, cada uno de mis hermanos tiene la llave para que yo pueda dejar de ser “yo” y ser lo que en VERDAD Soy.

Cada hermano con el que me cruzo llega cada día a mí con su llave particular en la mano. Hay algo que tiene que mostrarme de mí misma, sin duda, para eso ha venido, es por eso por lo que me lo estoy encontrando. Hay algo que ha venido para abrir en mí.

La cuestión es ¿cómo permito que esa llave pueda entrar y girar en la cerradura para abrir la puerta que ha venido a abrir? Es simple: dejándome ser tocada por la llave que trae en su mano, dejando que entre profundamente en mi cerradura:  ¿Qué toca en mí lo que mi hermano me está mostrando? ¿Tristeza, alegría, amor, cansancio, miedo, paz, preocupación? Él o ella son un espejo de mí mismo, un mensajero enviado por Dios mismo, para mostrarme qué hay ahí dentro de mí en este momento, quién soy….para que Yo pueda reconocerme en Él.



Si quiero ver quién Soy, he de dejarme tocar por lo que quiera que sea que me llegue de él, abrir mi corazón y permitir que la transformación se opere…Permitir que la puerta que ha venido a abrir mi hermano pueda ser abierta.

Y si no quiero permitirlo…darme cuenta de que no quiero también y no juzgarme por ello. Respetarme. (Perdón: de todas maneras, si ya me he dado cuenta de que no quiero que me toque...es porque ya me ha tocado).

¿Y qué me mostrará finalmente esa puerta si se abre? Eso solo podré verlo cuando deje que la llave entre y gire en la cerradura…

Ding dong…


sábado, 19 de marzo de 2016

¿Por qué me cuesta meditar?

¿Te ha ocurrido alguna vez, querer ponerte a meditar y no encontrar el momento para hacerlo? ¿O querer ponerte pero terminar haciendo otras mil cosas antes que eso?

A mí sí. Qué curioso. La cuestión es ¿por qué tenemos tanta resistencia a sentarnos unos minutos en silencio? No pretendo dar una receta mágica para cambiar la situación. Ni si quiera digo que haya que cambiarla si es tu caso. Sólo voy a compartir algunos mecanismos que creo que pueden impedirnos a veces sentarnos y parar unos minutos.

La meditación nos permite adentrarnos en aspectos de nuestra conciencia que no son mentales, y que poseen una inteligencia que supera de largo nuestros pensamientos y patrones mentales.

Meditar nos permite tomar consciencia de esos aspectos que, desde nuestro de modo de funcionar mental y orientado a la acción se nos pasan continuamente de largo.

Nuestra mente opone una gran resistencia a soltar esta forma tan familiar de funcionar, precisamente porque la meditación nos lleva a descubrir espacios de nosotros mismos que no conocíamos (o de los que aún no habíamos tomado consciencia).

Nos lleva a un espacio de DESCONOCIMIENTO que a menudo nos da pánico explorar, precisamente porque es desconocido para nuestra mente y la manera en la que estamos acostumbrados a movernos en nuestra vida.

Sin embargo, empezar a ser consciente de esta otra inteligencia es profundamente liberador una vez que nos permitimos ir más allá de los pensamientos que nos impiden crear los espacios para que esa otra conciencia superior pueda manifestarse.

Incluso cuando empiezo a verla o a ser consciente de ella, la resistencia a descansar en esa conciencia por espacios más largos, sigue a menudo presente debido a que la mente necesita crear tiempo continuamente para evitar esos espacios de TOTAL NO- ACCIÓN en los que parece encontrar su muerte. Y entonces "¿ahora qué hagooooo???? pero haz algoooooo" - parece gritarnos insistentemente la mente.


Nos da pánico no pensar y no hacer debido a que a menudo nuestro concepto del yo y nuestra personalidad se asienta precisamente en cuánto hacer y cuánto pensar. Cuanto más haces, mejor eres, cuanto más piensas más inteligente…muy interesante, sí. Pero nos hemos parado a pensar ¿para qué? ¿acaso hay algo que me está dando pánico mirar y que me lleva a llenar los espacios de mi vida CREANDO tiempo? 

Si queremos explorar esos otros aspectos de nuestra conciencia que son profundamente liberadores y sanadores para cada uno de nosotros, hemos de permitirnos ir más allá de basar nuestro valor en el hacer “material” y en el “pensar”.

La manera de hacerlo en mi caso pasa por una observación desapegada y sin juzgar de esos modos míos de acción en forma de pensamientos y de querer hacer. Para ello necesito pararme y sentarme a mirarlos (a ello le llamo meditar).

Es el SILENCIO lo que me permite observarme y estar en contacto con esa otra inteligencia superior - que por cierto habita por igual en todos y cada uno de nosotros.

Es en ese espacio donde puedo descansar de todas mis identificaciones y pasar mirarlas con cariño, abrazarlas y darme el permiso por fin de no hacer y no querer (uf!!! permitirme que suspire de alivio)...

…Y respecto al resto que pueda deciros sobre ese espacio tan increíble…mejor no lo digo (pues serán solo mis pensamientos).

Gracias.

¿Quieres aprender a meditar o mejorar tu concentración?

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