jueves, 15 de enero de 2015

Quiero dejar de tener prisa

Quiero que todo sea como es. 

Quiero dejar de vivir en el futuro, para así poder vivir en el presente. 

Quiero dejar de soñar y sentir sencillamente mi respiración. Sentir todo lo que soy por dentro, que no hay palabras que lo describan. Sentir el aliento de todo el Universo en cada latido, en cada paso.

Quiero dejar de tener prisa. Quiero Ser sencillamente, sin necesidad de alcanzar nada, tan sólo disfrutando de todo lo que se me está dando ya en este instante...presente en el campo de amor que me atraviesa continuamente si yo estoy presente para permitírselo.

El sonido de los pájaros en los árboles...la nada danzando en la nada...el silencio desde el que nace todo sonido...la melodía del Universo sonando continuamente...este instante cayendo sobre mí.
El bolígrafo en mis manos...mi codo apoyado en un lado de la mesa y mi otra mano encima de la mesa. Pura simplicidad. Y sin embargo, este momento está lleno de gracia...siempre que estamos atentos al instante presente, éste lo está: puro, limpio, nuevo y destilando pura eternidad. 




El tiempo no es más que una construcción mental. Cuando sales de tu mente, éste desaparece. La eternidad es lo único que es real.

Así pues, ¿de que nos sirve realmente tener prisa?

No hay prisa en este instante, no la hay...sólo la calma descendiendo del cielo, calmando y bendiciendo todo en silencio. Vacío. Silencio. Nada. Nada que hacer. Ningún sitio a dónde ir. 

Sólo calma. Sólo presencia.

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