Cada vez estoy mas convencida de que cualquier enfermedad es
sanadora en sí misma y de que es posible sanarla desde un nivel profundo de
comprensión y aceptación de nosotros mismos.
Cada vez veo más claro que toda enfermedad se origina de
raíz en algún pensamiento de separación de lo que realmente Somos y que
seguramente cambiando ese pensamiento, la enfermedad pasa a sanarse.
Hoy la enfermedad que me visitaba me ha hecho darme cuenta
de algo fundamental que en teoría ya sabía.
En el instante en el que he podido contemplar y acoger el
dolor profundo que sentía, me he dado cuenta de que en realidad no tengo ni
idea de quién soy realmente.
Hoy me he dado cuenta de cómo continuamente me valoro a mí misma
por las circunstancias externas de mi vida: como va mi relación de pareja, mi
relación con mi familia, la manera en la que trato o me comporto con los demás,
el dinero que tengo, la casa en la que vivo, el trabajo que tengo, las cosas
que poseo, como me veo externamente, la cantidad de amigos que tengo, la salud
que tengo, la cantidad de cosas aparentemente “útiles” que soy capaz de hacer
en un solo día, y un largo etc. Y me he dado cuenta de cómo exactamente en la
misma medida yo valoro a los otros así también (cosa lógica, tal como yo me valore, así valoraré a los demás).
Pues bien, acabo de darme cuenta de lo profundamente
doloroso que es valorarme a mí misma o a los demás por todas estas
circunstancias externas. Y eso me ha llevado a ver un espacio en mí de total
desconocimiento de lo que soy realmente y de cómo debo o no valorarme a mí o a
los demás. No tengo ni idea. No tengo respuestas hoy a este interrogante.
Esto en realidad me lleva a un lugar de profunda soledad,
pero también de humildad y al mismo tiempo de completa igualdad y unidad con todos y
cada uno de los seres humanos del planeta, no importa cuál sea su condición: su
valor no depende en absoluto de las circunstancias de su vida, sean cuáles sean
estas. Todas las vidas tienen exactamente el mismo valor. Aunque no sepa
exactamente cuál es. Quizás solo sea el hecho existir lo que nos da valor, como
dicen algunos maestros. Pero para ser honesta, eso no lo sé, no estoy segura.
Lo único que siento es el alivio de haber contemplado esta
manera de funcionar que tenía y que al menos a partir de hoy al menos se ha
hecho plenamente consciente en mi vida. Esto me da la libertad de poder cambiar
la manera de valorarme a mí misma y empezar a hacerlo de otra manera, aunque
aún la verdad es que no tengo ni idea de CÓMO.
En cualquier caso, creo que tendré que aprenderlo de una
manera distinta a la manera en la que aprendí esta. Porque ésta, ya he visto
que no me sirve.
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