“Tenemos la mala costumbre de comparar vidas humanas”…escuché
decir a alguien una vez…cuando lo escuché por primera vez no me dí cuenta de
hasta qué punto esto era cierto.
Y es verdad que no tenemos ni idea. A veces, he mirado la
vida de una persona, horrorizada por su situación económica, familiar, de
salud…por su vida, pensando que yo no podría soportar ese tipo de vida.
No me daba cuenta de que hacía eso o de que lo pensaba…y un
buen día observando la incomodidad que sentía cuando me relacionaba con una de
estas personas en concreto me dí cuenta de ello.
Me dí cuenta de que esa incomodidad que sentía al estar con
esa persona escondía mi miedo a la manera en la que se estaba manifestando la
vida de esa persona, lo que me llevaba en cierto modo a rechazar o menospreciar
sin darme cuenta a esa persona por lo que yo estaba pensando sobre su vida y
por tanto a querer alejarme de ella de manera inconsciente. Muy curioso.
Y ello porque pensaba sin darme cuenta, que yo no podría
soportar ese tipo de vida. Observando por fin eso que pensaba y el rechazo o
dolor que ese pensamiento me producía, me dí cuenta de repente, de que en
realidad, no tenía ni idea. No tenía ni idea de por qué la vida de esa persona
estaba siendo de esa manera, y era por ello yo necesitaba darle mi propia
interpretación al respecto.
Y de que, aunque yo la estuviera juzgando desde mi
perspectiva como una vida “mala”, en realidad esa vida era exactamente la que
esa persona necesitaba en ese momento. Y que era por ello por lo que estaba
sucediendo de esa manera.
Que había una inteligencia creando esa vida y esas
experiencias para que esa persona pudiera alcanzar la felicidad, darse cuenta
del sentido de su vida, de esa manera concreta. Y de que por tanto su vida no era
insoportable si no que era perfecta como estaba siendo para ella, más allá
incluso de lo que esa persona opinara al respecto. Y por supuesto, más allá de
mis interpretaciones sobre cómo debería ser una vida “feliz” (sobre lo cual
cuando soy honesta me doy cuenta de que no tengo ni idea, a pesar de que pueda
tener opiniones o pensamientos al respecto).
Exactamente igual que la mía está siendo de esta manera por
las mismas razones que la de ella.
Esto me lleva a darme cuenta de mi ignorancia sobre lo que
es la vida y a darme cuenta de que la perfección de la vida está mucho más allá
de cualquier percepción de “buena” o “mala” que yo pueda tener al respecto.
Y me doy cuenta de que la incomodidad que yo siento cuando rechazo la vida de otra persona es porque de algún modo estoy rechazando la mía.
No hay vidas mejores o vidas peores, sino una sola
Vida, expresándose de múltiples maneras y formas, pero que es en esencia la
Misma Vida.
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